Como maestra, te encantaría incorporar yoga en el aula. Has oído hablar de sus beneficios para el bienestar de la infancia y para su aprendizaje, y sientes mucha inquietud por el tema.
Sin embargo, al pensar en cómo llevar el yoga a la práctica, en la escuela, te entran las dudas. Te preguntas si de verdad es posible hacer yoga en el aula, con tan poco espacio, y temes que a los niños y niñas les resulte raro.
Además, te preocupa que te quite tiempo de las actividades curriculares. Y tienes la sensación de que no tienes los conocimientos para enseñar yoga, porque más allá de que practiques yoga o no, no eres instructora.
Pues bien, quiero que sepas que en este artículo vas a encontrar todas las respuestas a tus inquietudes, para tener claro cómo sí puedes introducir yoga en el aula. Aunque tengas poco espacio, poco tiempo, y poca (o ninguna) experiencia con el yoga.
Además, te llevarás ideas y técnicas de yoga que puedes comenzar a poner en práctica en tu aula, para comprobar por ti misma lo mucho que cambia el clima con solo unos pocos minutos de actividad.
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Qué beneficios tiene el yoga en los niños
Los beneficios que tiene el yoga en los niños se perciben al instante en el aula, pero además, van mucho más allá del aula.
Como maestra, pocas cosas son más gratificantes que saber que estás enseñando a los niños y las niñas algo que les servirá en su vida diaria.
Y al introducir yoga en el aula, esto es lo que les estás dando: una herramienta para volver a su cuerpo y poder estar aquí, ahora, aprendiendo, trabajando o compartiendo, con tranquilidad.
A través del yoga, les enseñas a cuidar su cuerpo para tener más energía y salud, a aceptar y comprender sus emociones, a dar espacio a lo que sienten.
Y, por supuesto, a calmar y enfocar la mente. El yoga aumenta la capacidad de enfocarse y concentrarse, incrementa el pensamiento de alto orden mediante y fomenta la atención.
Cuando los niños y las niñas van aprendiendo todo esto, es inevitable que brillen y que contagien a los que tienen alrededor.
Y lo mejor es que el yoga en el aula no tiene por qué ser una actividad aislada, que resulte extraña, sino que se puede ir introduciendo en forma de pequeñas dinámicas o juegos, hablando el idioma de la infancia en sus diferentes etapas.
Así que, ahora que conoces los principales beneficios de incorporar el yoga en el aula, vamos a ver algunas propuestas que podrás poner en práctica, en función de las edades de los niños y las niñas.
Yoga infantil
Ahora bien, para que la dinámica funcione, es muy importante que tú les transmitas calma, que estés bien y tranquila, en el aquí y el ahora. Porque los niños y las niñas van a aprender por imitación, se van a contagiar de cómo estás tú.
Así que, para estar presente al 100% y transmitir calma al hacer la práctica de yoga en el aula, te propongo hacer una meditación previa (el día antes, o cuando estés preparando la actividad) y así estar lista para dar lo mejor de ti a los niños y las niñas.
Un audio breve que te ayudará a vivir el aquí y el ahora, que es donde realmente pasa la vida, en el presente.
Yoga para niños de 1 a 2 años
Empezaremos por explorar técnicas de yoga para los más pequeños, los niños de 1 y 2 años, donde las propuestas deben ser sencillas y necesitarán de nuestro acompañamiento. Para hacer yoga con niños de 1-2 años, puedes seguir los siguientes pasos:
- Prepara un espacio cómodo y seguro para los niños y las niñas, donde puedan moverse libremente y sin peligro de golpearse o lastimarse.
- Haz una pequeña demostración de algunas posturas y movimientos básicos de yoga, usando representando los animales que les dan su nombre, como “el gato” o “la rana”.
- Invita a los niños y las niñas a imitarte y a participar en la actividad de forma lúdica y divertida. Será aún más fácil si usas mucha repetición, rimas o canciones cortas, que puedas coordinar con el movimiento.
Es importante recordar que los niños de 1-2 años tienen una atención y concentración muy corta, por lo que el momento de yoga debe ser breve y adaptado a su nivel de desarrollo.
Por otra parte, todas las actividades sensoriales (para tocar, escuchar, oler), así como la música y las canciones con movimientos suaves serán excelentes herramientas para conectar con el cuerpo y las emociones.
Juegos de yoga para niños de 3 a 6 años
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Por ejemplo:
Suena el tambor: ¡Salto!
Toco el triángulo: Damos una vuelta…
Suenan los cascabeles: ¡Sacudimos el cuerpo!
Es importante ir haciendo los cambios sin mucha prisa, para que la actividad no consiste en una carrera sino que les permita ir conectando con los sonidos y el movimiento.
¿Qué hacer si los niños de 3 a 6 años no te dejan ni empezar la clase?
Cuando esto pasa, lo primero que podemos tener en cuenta para gestionarlo es que posiblemente los niños y las niñas nos están comunicando una necesidad: de movimiento, de sacar energía, de libertad.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer como maestras, para plantear una actividad de yoga en el aula cuando parece que todo está fuera de control?
Una alternativa es poner una música activa e introducir un juego de movimiento. Por ejemplo, podemos proponer que todos empecemos a saltar como ranas, caminando como cangrejo, dando pasos enormes… De esta manera, ayudaremos a los niños y las niñas a que liberen la energía que necesitan, y podremos ir haciendo luego una transición hacia una actividad más tranquila.
Yoga en primaria
Sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.
Realizar una actividad de yoga nos prepara para enfocarnos y concentrarnos en el aprendizaje, con la mente clara y las emociones en equilibrio. Es decir que esos 3-7 minutos que destines a hacer una actividad de yoga, que podrá practicarse perfectamente desde la silla, harán que el resto de la hora de clase de clase sea mucho más eficiente y gratificante para todos y todas.
Entonces, vamos a ver ahora algunas ideas para introducir el yoga en el aula, en primaria, para mejorar el bienestar de los niños y las niñas y crear un mejor ambiente de aprendizaje.
Técnicas de yoga para niños de 6 - 7 años
En los primeros años de primaria, el aprendizaje de la lectoescritura tiene muchísimo protagonismo.
Por eso, te vamos a proponer una actividad en la que los niños y las niñas puedan expresarse con total libertad, a través del dibujo y de las palabras.
El juego de dibujar la música
Para iniciar esta actividad, vamos a poner una música de fondo tranquila, y daremos a los niños lápices o rotuladores de colores.
Les propondremos que escuchen la música, y que comiencen a dibujar lo que la música les motive a crear. No tiene que ser nada concreto, puede ser una línea. Pueden imaginar que es la música, la que dirige su lápiz o rotulador. Quienes quieran, podrán poner nombre a lo que dibujen después de terminar o bien escribir palabras sueltas que asocien a esa música.
La regla es mientras que suena la música no despegar el lápiz o rotulador del papel.
Al finalizar la actividad, compartiremos las diferentes ideas, dibujos y palabras que han surgido a partir de una música.
Técnicas de yoga para niños de 8 a 10 años
En estas edades, las actividades de yoga en el aula pueden convertirse en una manera de potenciar la conexión con los sentidos. Y, en consecuencia, con el presente: el aquí y ahora.
¿Quieres saber cómo? Lo verás ahora, con estas dos técnicas de mindfulness para niños de 8 a 10 años:
1 – Sonidos del exterior (versión simple).
Para realizar esta actividad, los niños y niñas se sentarán en el suelo del aula, en círculo.
Les pedirás que cierren los ojos durante un minuto, para poner atención a todos los sonidos que hay fuera.
Pasado ese minuto, tocarás la campanita. Ellos y ellas abrirán los ojos, y entonces podréis compartir los diferentes sonidos que fueron escuchando.
2 – Sonidos del interior (versión intermedia)
Esta es una versión un poco más compleja del ejercicio anterior. La dinámica es la misma, solo que en este caso, nos vamos a enfocar en los sonidos que hay dentro del aula: la respiración de los compañeros, el crujir de la madera, el movimiento del papel con el aire…
Para realizar esta actividad de yoga, es importante que estén todos quietos, ya que los sonidos del interior del aula son mucho más sutiles que los del exterior.
Estas mismas actividades se pueden incorporar en las aulas del último ciclo de primaria, ya que son recomendadas también para enseñar yoga a niños de 10 a 12 años.
Un tema importante en estas edades es comenzar a desarrollar una buena higiene postural y hábitos posturales, ya que los niños y las niñas comienzan a pasar mucho tiempo sentados. Es algo que trabajamos en profundidad en nuestro curso Yoga en el Aula, donde podrás aprender actividades de yoga para todas las edades, desde infantil hasta primaria.
A tener en cuenta: cómo trabajar el yoga con los niños
Para poder enseñar el Yoga a los niños es fundamental poder sentirnos en sus zapatos, ver el mundo desde su mirada, hablar el mismo idioma, conocerlos usando nuestros sentidos (la observación, la escucha, la presencia, el sentir) y aceptarles así como son en
vez de intentar cambiarles, ponerles etiquetas, programas o hacer de ellos lo que nosotros
creemos que sea bueno para su futuro.
Es importante, también, que tú tengas la seguridad y la calma para proponer la actividad (como te comentaba al principio del artículo, puedes realizar una meditación que te ayude a prepararte).
Luego, te recomiendo tener clara cuál es la finalidad, es decir, por qué quieres incluir yoga en el aula.
Por ejemplo:
- Para activar el grupo cuando están dispersos o apagados. En este caso, van bien los movimientos para activar el cuerpo.
- Para enfocar la mente, porque les vas a explicar algún material nuevo y necesitas que presten atención. Con este objetivo, lo ideal es utilizar actividades de mindfulness y escucha activa, para estar en el momento presente.
- Para que los niños y las niñas se relajen, cuando ves que necesitan recargar pilas y tener un momento de calma. En este caso, podrás proponer actividades de relajación.
Y por último, ten en cuenta que no necesitas explicarles a los niños y las niñas ningún concepto de yoga. Se trata, más bien, de regalarles la experiencia.
Como decía Rudolf Steiner, creador del método Waldorf, “Los niños aprenden con la cabeza, las manos y el corazón”.
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